La inminente reforma del mercado eléctrico hace meses que copa los titulares de la prensa europea. De hecho, su importancia es tal que repercute directamente en los bolsillos de los consumidores, así como en las formas de hacer las cosas de las comercializadoras eléctricas.
En el siguiente post, vamos a realizar un repaso de la reforma del mercado eléctrico y todo lo que podría suponer para los usuarios de la Unión Europea.
Índice de contenidos
Bruselas y el mercado eléctrico
Con el objetivo de ofrecer unos precios asequibles en las facturas de electricidad para que los usuarios puedan hacer frente a los mismos, la Unión Europea está trabajando en una reforma del mercado eléctrico que no suponga un gran perjuicio.
Como consecuencia de la guerra de Ucrania y el abastecimiento del gas a Europa, hace meses que el precio de la electricidad está disparado.
La Comisión europea, como explicó su presidenta Ursula Von der Leyen el pasado septiembre, quiere fijarse como objetivo limitar los grandes beneficios que están recibiendo actualmente los productores de energía procedente de fuentes renovables y nuclear.
Al parecer, estas empresas están vendiendo la energía eléctrica producida muy por encima de los costes de producción, obteniendo lo que se ha calificado de “superbeneficios” a costa de los consumidores.
Según la propia Von der Leyen, esto repercutiría en más de 140.000 millones de euros, que serían redistribuidos para los hogares y empresas vulnerables de los países de la Unión.
¿Cuál va ser la reforma del mercado eléctrico?
Como eje principal de la reforma del mercado eléctrico que se está planteando desde Bruselas está el encontrar una solución para que los consumidores se beneficien de manera constante de los bajos costes que supone la generación de energía con las renovables u otros inframarginales, como la nuclear.
Con ello, lo que se pretende desde la Comisión europea es fijar un precio que no varíe según lo que haya costado generar la energía de la fuente más cara que entra en el mercado, lo que, precisamente en la actualidad, se está refiriendo al carbón y al gas.
Actualmente, el modelo del mercado eléctrico europeo permite a las compañías eléctricas cobrar a consumidores y empresas finales el MWh producido con las energías renovables -eólica, solar, hidráulica- y nuclear a precio de la energía generada mediante el ciclo combinado que, al utilizar gas en sus plantas de producción, tiene costes mucho más elevados.
Desde Bruselas, se explica que, realizar este cambio que se basa en contratos diferenciados en función del coste de cada tecnología, va a suponer un incentivo a la transición a un mercado en el que los precios estén fijados a través de contratos diferenciados.
A continuación, explicamos más acerca de los pilares de la reforma del sistema eléctrico en Europa.
Los pilares más importantes de la reforma del sistema eléctrico
La reforma del mercado eléctrico en Europa está obligando a que los ministros de Energía de los Veintisiete se pongan manos a la obra para encontrar una solución que beneficie a consumidores particulares e industriales. No en vano, desde que comenzó esta crisis energética, han sido numerosas empresas las que han tenido que adoptar medidas extraordinarias como ERTEs o bajar la persiana completamente.
Aun con todo, la reforma del sistema eléctrico se va a basar en cuatro pilares fundamentales para intentar poner una solución no tan mala a esta crisis energética.
Precios según el coste de producción
Como ya hemos explicado anteriormente en este artículo sobre la reforma del mercado eléctrico, fijar los precios de las tecnologías inframarginales (como la nuclear) y las energías renovables según su coste de producción, evitará que el precio ascienda a los niveles actuales, cuando se fija en función del precio que cuesta producir la electricidad del ciclo combinado.
Reducir la importancia del gas en los mercados a corto plazo
Desde la Comisión europea, se pretende reducir la influencia del gas en los mercados generadores de energía. El objetivo es proponer una nueva estructura de ingresos donde la protagonista sea una generación inframarginal.
Asimismo, si se combinase con el papel que juegan las energías renovables, sería un acuerdo decisivo para reducir la importancia que tiene el gas actualmente en la generación de energía en Europa a corto plazo y, con el tiempo, se pretende llegar a una descarbonización de la propia Unión Europea sin la generación de energía a gas.
Transparencia, vigilancia e integridad del mercado
Desarrollar mejoras adicionales para aumentar la transparencia y las capacidades de monitoreo que garanticen, además, una investigación y ejecución más efectivas a la hora de detectar posibles casos de abuso en el mercado.
Mayor empoderamiento y protección del consumidor
Otro de los aspectos que se pretenden llevar a cabo con la nueva reforma del mercado energético en Europa es proyectar una serie de cambios legislativos con los que proteger y empoderar al consumidor final.
Algunos de los cambios que se perfilan podrían ser:
- Facilitar el desarrollo de ofertas de proveedores y agregadores para aprovechar las capacidades de respuesta a la demanda de aparatos como los vehículos eléctricos o las bombas de calor.
- Utilizar la digitalización para convertir al usuario final en prosumidor permitiendo el intercambio de energía al utilizar la electricidad procedente de generación renovable en otros lugares de sus propias instalaciones.
Reforma energética en España
La reforma energética en España no es algo ajeno. El país lleva reclamando desde hace más de un año una reforma del sistema eléctrico comunitario que permita un rediseño de su estructura por la que se facilite un mayor despliegue de las tecnologías renovables y así garantizar una mayor autonomía energética sin depender del gas.
De igual modo, España quiere pedir un aumento del plazo de la conocida como excepción ibérica por la que la misma estuviera vigente, al menos, hasta finales de 2024 -actualmente, solo está aprobada hasta mayo de 2023-.
Con la excepción ibérica, tanto España como Portugal se benefician de un mecanismo que topa el precio del gas situándolo durante sus 6 primeros meses de aplicación en 40 €/MWh.