Cantidad de energía eléctrica que se puede utilizar sin sobrecargar el sistema y hacer que los interruptores de seguridad se activen.
Puede variar según las necesidades específicas del hogar o el número de personas que vivan en un espacio determinado. La cantidad de energía contratada tendrá un impacto significativo en la factura de la luz, ya que, a mayor potencia contratada, mayor será el precio final de la factura.